Cuatro consejos para las madres trabajadoras que quieran hacer ejercicio



Con la presión de la vida diaria, a veces hacer ejercicio de forma regular puede ser muy difícil para una madre trabajadora. Lo sé porque yo también lo soy. Trabaja incluso antes de casarme. El estrés de la oficina, añadido al estrés de ocuparme de mi familia, hacía que muchas veces me fuera imposible seguir mi programa para perder peso.

Dicho esto, no dejes que el estrés se convierta en una excusa para evitar hacer ejercicio. Solo tenemos 24 horas disponibles en cada día, y si puedes encajar todas tus otras actividades en esas 24 horas, ¿por qué no ibas a poder hacerlo con el ejercicio? ¿No te cepillas los dientes y te duchas a diario? ¿Por qué? Porque es parte de tu rutina. Sabes que si no te cepillas los dientes todos los días, tu salud dental empeorará. De igual forma, si no te duchas regularmente, acabarás por sufrir algún problema cutáneo.

Pero, ¿sabes que si no haces ejercicio de forma regular, acabarás engordando?
No está bien usar la excusa de la “falta de tiempo” para evitar hacer ejercicio. Seamos honestos: lo más probable es que no te apetezca hacer ejercicio o ¡que no sepas por dónde empezar! En cualquier caso, este artículo te ayudará a conseguir ponerte en forma.

1. Encuentra a un amigo con el que hacer ejercicio: Hacer ejercicio en soledad no siempre es una experiencia divertida. Si embargo, si tienes un amigo que lo haga contigo, es fácil que te acabe encantando hacer deporte, en lugar de odiarlo. Además, ver a otra persona ejercitándose en el gimnasio te motivara para que continúes con tus ejercicios. Si conoces a otra madre trabajadora que tenga tus mismos objetivos y quiera ponerse en forma, ¡únete a ella también!

2. Cómprate un IPOD: Llévate el IPOD (o cualquier producto similar) cada vez que vayas al gimnasio. ¡Es genial para no aburrirse al hacer ejercicio!

3. Haz algo que te guste: Probablemente habrá ejercicios que no te guste hacer. Si te fuerzas a hacer esos ejercicios, solo es cuestión de tiempo que te aburras de ellos. En cambio, si haces  los ejercicios que te gustan, ¡todo es mucho más sencillo!

4. Empieza despacio: Si nunca has hecho ejercicio, es natural que te asuste ir al gimnasio. No hagas caso de la gente que te diga que para perder peso hay que hacer ejercicio a diario. En lugar de eso, tómatelo con calma: empieza haciendo ejercicio durante solo quince o veinte minutos, dos o tres días la semana. A la vez que tu cuerpo se acostumbra a esa nueva rutina, ¡podrás aumentar la intensidad del ejercicio!


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